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BLOG DE ARQUITECTURA

Bienvenido querido lector al blog de N+A, este espacio nace como una propuesta a ese 2.8% menos asignando al ministerio de cultura para el desarrollo de sus actividades, por esa razón este taller ha decidido crear un espacio para el reconocimiento de todos aquellos sitios que nos causan curiosidad o sencillamente se encuentran ocultos dentro de la cotidianidad de la ciudad (Busca y Encuentra). Podremos no tener plata, pero no estar desinformados.
-NA.

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¡CASA DE LA DANZA!

  • Foto del escritor: NostrAtelier
    NostrAtelier
  • 19 oct 2018
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 15 nov 2018




“El entretejido tan necesario de la vida y lo social del aquí-ahora vital y la profunda historia y tradición que resuena en nuestros cuerpos, requiere de un espacio y de un tiempo”.
Maestro Álvaro Restrepo.







Localización de La Casona de La Danza en la ciudad de Bogotá.

Cuando caminas por el centro de Bogotá, ves perderse entre las montañas las torres que emergen y cubren la vista de aquellos espacios que son vitales para el alma.


Algunos viejos, pero hermosos vestigios de un pasado que no solo nos muestra un momento en la historia, sino la evolución de los sentimientos, sensaciones y reacciones frente a un simple hecho bailar.


Sobre una vía que suena como una canción a doble tempo encontramos un refugio que tiene música propia y así mismo invita a los transeúntes a unirse a ella por medio de la danza, sientes cuando te acercas cómo se acelera el corazón, escuchas el crujir de la madera y la música que lo acompasa. Puedes ver entre las ventanas siluetas que se mueven, y se confunden con el brillo del cielo y así entendemos que llegaste al escenario de la Media Torta de Bogotá, que en un extremo palpitando se yergue una estructura de dos plantas con colores suaves y grabados en sus muros, es de apariencia sencilla… pero en el silencio del espacio monumental escuchas el susurro de la vida, y late dentro de ella la danza.


Al ver el exterior puedes preguntarte ¿qué habrá sido este espacio antes de volverse el corazón de la danza en Bogotá? Indagando un poco se puede decir que es un espacio cuya esencia, desde su nacimiento fue la educación y la creación. Construida durante la alcaldía de Jorge Eliécer Gaitán (8 de junio de 1936 a 11 de febrero de 1937)[1], antes de su postulación a la presidencia, fue un hombre de la política y la vida pública, en donde ocupó cargos como concejal, representante a la Cámara, senador y ministro de Educación y de Trabajo, por lo cual, conocía las necesidades de la población y abogaba por ellos desde su posición como representante del Partido Liberal, cobijada bajo el amparo del desarrollo impuesto por el presidente Alfonso López Pumarejo, y su programa “Revolución en marcha” que pretendía modernizar el país e insertarlo en las dinámicas del siglo XX después de largos periodos de gobierno a manos del Partido Conservador.


Es así como la alcaldía de Gaitán comenzó a entender que debía acelerar el cambio no solo por embellecer la ciudad, que tras largo tiempo se había descuidado y decidió empoderar a los bogotanos por medio del “amor y cuidado de su ciudad, para sentirse orgullosos” causando que por medio de decretos, los ciudadanos pintarán las fachadas de sus casas, repararan las edificaciones en mal estado y aumentaran el presupuesto de inversión en nuevas edificaciones destinadas a la cultura y la educación[2].


Elementos rescatables de su alcaldía se enfocan en los Conciertos Gratuitos que promovía, la Primera Feria del Libro, las Bibliotecas Móviles y la Educación de los sectores rurales, lo cual será la base para el nacimiento y construcción de la Escuela Pública Rural “República del Perú”, perteneciente a una línea de centros educativos que cumplían el propósito de una acelerada educación de los ciudadanos y buenas prácticas culturales insignias de su Alcaldía y la capital del país. Es así que nace lo que conocemos actualmente como “La Casona de la Danza”.


Los sueños y los proyectos de la Alcaldía de Gaitán cambiaron al terminar su corto periodo, sin embargo, la alegría que albergó la Casona fue el alma que la mantuvo en sus 30 años de abandono, el recuerdo de niños jugando, corriendo, riendo y bailando, conservaron este lugar, aun cuando sentía que podía caerse. A inicios del siglo XXI, llena de polvo, azotada por el tiempo y la inclemencia de su función como bodega, almacenando los instrumentos musicales, las piezas de la escenografía usada en el teatro, de una estructura que se erigía a su lado dispuesta para las artes y la música, la “Media Torta”.


Periódico ADN, Archivo de El Tiempo, 2009

Pasaron los años, lentamente comenzó a ceder, sus muros agrietados, son pisos de cerámica pintada a mano, fabricada en Barranquilla setenta años atrás, sus muros cuarteados, ventanas rotas, al borde del derrumbe o la demolición.


El Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, entidad adscrita a la secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, bajo la campaña “Preservar lo que tienes, es preservar lo que eres”, iniciaron las obras de recuperación de la Media Torta y sus alrededores, hasta su entrada principal.


Sin embargo en el 2010 viendo las dimensiones de deterioro de aquel edificio que se uso como bodega tanto tiempo y cuya alma frágil y triste aún conservaba oculta, fue descubierta por el Instituto de Patrimonio Cultural y la Alcaldía de Bogotá, para recuperar aquellos destellos de cultura, educación y alegría que alguna vez fue la vida de la Casona en tiempos del liberalismo, que antes era rural ahora perteneciente al centro histórico, cobijada por los planes de recuperación del centro histórico actual, junto con su esencia y su forma arquitectónica fue posible iniciar el proceso de recuperación.

“Por el Decreto 678 de 1994, “por medio del cual se reglamenta el Acuerdo 6 de 1990 y se asigna el tratamiento especial de conservación histórica al centro histórico y a su sector del Distrito Capital y se dictan otras disposiciones”. [3]


Pero ¿Cómo se siente estar en este lugar? Cuando se cruza el umbral, perpendicular a mi posición se ve un recorrido que rescata la belleza de un piso cerámico hecho a mano, aquel piso que soportó el olvido durante más de setenta años, y que ahora luce acompañado de un color cálido y crema en los muros. Al entrar a las salas con pisos laminados en madera, barras de práctica y un muro de espejo que, al asomarte y ver tu reflejo, puedes ver en su muro opuesto un sistema de ventana corrida. Con un armazón metálico color crema que sostenía vidrios de 15 X30 cm. Se abren en esta primera planta 3 salas, junto con un pequeño espacio de cocina y núcleo de servicios y aseo.


Ahí puedes imaginarte danzando entre la calidez de la luz que entra en el espacio y te hace sentir vivo y feliz. Al salir de la sala y encontrarte de nuevo en el pasillo a la izquierda, se ve al final el remate del espacio, unas escaleras con filigrana en madera, con un descanso intermedio que reposa en un ventanal de piso a techo con armazón metálico. Las escaleras te invitan a subir, pero no te encierran en el recorrido, ya que permite ver en el exterior una espesa vegetación con senderos que ocultan la Avenida Circunvalar y le dan un carácter de paz, movimiento y sientes un respiro de la agitada vida de la ciudad. Así como una concentración de luz cálida que te guía lentamente hasta la segunda planta, con una serie de apertura; vanos a lo largo del pasillo, abriendo al extremo derecho dos salas más, junto con un núcleo de baños.


Para conservar este espacio intacto y permitir que los refuerzos estructurales que le hicieron en 2011 no fallen, debido a las fallas; una falla en el sentido oriente – occidente, produciendo un desnivel de seis centímetros, junto con otra falla sentido norte – sur, en la base de la edificación causando un desnivel de tres centímetros. Una X que causaba un daño severo y amenazaba con la destrucción de lo que será el alma de la danza. Para conservar la edificación se construyó un suelo en el cual se pudiera sostener la edificación se creó una superficie de 250 metros cuadrados reforzados con gaviones rellenos con tierra y piedra, que ayudarán a conservarla en el tiempo[4].


Es así cómo podemos saber un poco más de cómo funciona un edificio sí, pero si no podemos recorrerlo, sentirlo y vivirlo por nosotros mismos no será lo mismo el solo leerlo, es por eso que puedo pedirles como lectores, que visiten los lugares que leen, porque recorriendo estos espacios creamos memoria y así evitamos desde nuestra memoria personal, que estos lugares llenos de nuestros momentos personales, perduren en el tiempo y en el corazón de cada uno.

Así que… ¡qué esperas!



[1] IDARTES, La Casona de la Danza, 5 años habitando el cuerpo a través del movimiento, Colombia, 2017.

[2] IDRD. “La Casona de la Danza “Espacio de vida y movimiento””. Red de escenarios. https://www.culturarecreaciónydeporte.gov.co/es/nuestro-sector/red-de-escenarios/la-casona-de-la-danza (Consulta hecha el 2 de noviembre de 2018)

[3] IDARTES, La Casona de la Danza, 5 años habitando el cuerpo a través del movimiento, Colombia, 2017.

[4]Pernett, Nicolás. “La alcaldía de Jorge Eliécer Gaitán” El Magazín. 13 Diciembre 2013. Blogs Cultura El Espectador. http://blogs.elespectador.com/cultura/el-magazin/la-alcaldia-de-jorge-eliecer-gaitan (Consultado el 3 de Noviembre de 2018, 9:25 a.m.)


 
 
 

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